jueves, 14 de abril de 2011

CAPÍTULO I: Partida de media noche.




Que trata sobre una curiosa reunión familiar en la que salen a la luz varios trapos sucios y un inesperado resultado para una partida de cartas.




"El triunfo depende en una tirada de dados del destino; el premio máximo es un lugar en el paraíso" –Friedrich Nietzsche




***




-Veo tu apuesta y subo seis.

-Está bien. Las veo. ¿Qué lleva? –Silencio- ¡Mierda!

-No se puede ganar siempre –Risas- ¿Vuelvo a repartir?

-Reparte.

-¿No lo echas de menos? ¿No añoras tu antiguo hogar? ¿No deseas volver?

-Apuesto cinco. –Suspiro- No voy a negarle que alguna vez he pensado en volver a casa. Lo siento especialmente por mis hermanos. Los extraño mucho. En especial a Rafael. Él siempre fue el más afín a mi… causa.

-Pero nunca aprobó tus métodos. Reconozco que alguna vez temí que él también nos abandonara. ¿Cuántas quieres?

-Hay quien no está dispuesto a pagar el precio que cuesta una auténtica revolución. Dame dos.

-Ahí tienes.

-¿Por qué me mira de ese modo?

-A pesar de tus cicatrices sigues siendo hermoso. Siempre fuiste el más hermoso.

-Sí… Bueno…

-No me dejaste otra opción.

-Sabía que apostaba fuerte al desafiarle, Padre. Asumo todas las consecuencias.

-Sentí mucho tu pérdida. Aunque no te lo creas. Veo tus cinco y subo otras cinco.

-Las veo. Y no se ponga sentimental. Reconozca que ahora es todo mucho más… interesante.

(Risas)

-Tiene su aliciente, sí.

-A veces dudo, y creo que me precipité y que debería haber seguido a su lado, seguir el camino que había marcado para mí… A veces siento que me faltan. Que nada de esto me llena realmente. Que no termino de encontrar lo que buscaba. No me siento… completo.

-¿Y no regresas?

-No puedo, padre. Mi oposición es necesaria. Lo sabe. Sin mí todo se desmoronaría. Me necesita donde estoy para ser quién es… igual que yo le necesito a usted.

-Es un modo de verlo.

-Es el modo de verlo. ¿Qué lleva?

-Dobles parejas. ¿Por qué sonríes de ese modo?

-Trío… de seises.

(Risas)

-Eso me recuerda una cosa.

-Diga.

-Al parecer la otra noche te pasaste un poquito con la puesta en escena. ¿No crees?

-¡Ah! ¿Eso? –Risas- Bueno, ya sabe como son. El temor es la única manera de que le respeten.

-Me gustaba más tu antigua imagen.

-La pluma pasó de moda, padre. Ya no se lleva.

-Soy un sentimental. Quiero una.

-Aquí tiene. ¿Y el pequeño cómo está? ¿Tan sacrificado y perfecto como siempre? ¿Sigue sin replicarle?

-Él nunca ha dudado de mí.

-Eso no es cierto.

-No le perdonas que te rechazara ¿verdad?

-No está en mi naturaleza perdonar.

-Era tu mejor baza, pero no pudiste llevártelo a tu terreno. Lo que le hiciste estuvo muy feo.

-Fue él quién no supo elegir a sus amigos. Fue muy fácil comprarle. Y la culpa es de usted.

-¿Mía? Apuesto diez.

-No estaba preparado. No tenía la sangre suficiente. Era demasiado débil… Además, no se haga el santo conmigo que mi actuación le vino de maravilla a sus planes. Y usted también lo puteo bastante ¿No cree? Podría haberlo evitado de haber querido.

-Fue como tuvo que ser. Era su destino. Y él lo aceptó con la valentía y la resignación que tú nunca tuviste.

-Es un cabrón. En serio. Discúlpeme, pero no entiendo como mis hermanos aún le aguantan.

-Muchos de ellos me dieron la espalda y se fueron contigo.

-Y usted tampoco lo perdona.

-Lo haría si me lo pidieran. No dejo de ofrecerlo.

(Silencio)

-Todo a esta mano.

(Silencio)

-Lo veo.

-Usted primero. Descubra.

-Póker… de reyes. –Risa- Lo siento hijo…

-Espere un momento –Silencio- Escalera de color.

-¡Maldición!

-¿Qué es eso, padre? ¡Que poca deportividad! ¡Que mal perder! Ya lo sabe… -Risas- No se puede ganar siempre.

-Últimamente no tengo una buena racha.

-Lleva siglos sin tener una buena racha. Le he sacado 53 esta noche. No está nada mal ¿No cree?

-¿Has pensado ya cómo te las vas a cobrar?

-Bueno… Es Navidad. Había pensado en suicidios. Son muy propios en esta época del año. Además… Así me aseguro de que no tenga ningún as en la manga. No me gustaría que a alguno de mis hermanitos le diera por colarse en la fiesta sin invitación. Tienen esa fea costumbre.

-Sabes que yo nunca juego con las cartas marcadas.

-No, usted es más de dados.

-Eso dicen.

(Risas)

-Un placer, padre. Como siempre.

-Luzbel…

-¿Sí?

-Buenas noches, hijo mío.

(Silencio)

-Buenas noches, padre.



Dana Kürten





"¡Cómo has caído de los cielos, Luzbel, hijo de la Aurora! ¡Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú que dijiste en tu corazón: << Al cielo subiré, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de Reunión en el extremo norte. Subiré sobre las alturas de las nubes, y seré como el Altísimo>>."







(Is 14:12-14)


"Dios no juega a los dados con el Universo"



(Albert Einstein)


"Dios no sólo juega a los dados con el Universo, si que ademas los tira dónde no podamos verlo"



(Stephen Hawking)

1 comentario:

  1. Estupendo. Dana, felicidades, lo has bordado. Y digo bordado porque has sabido jugar muy bien la partida con el diálogo consiguiendo intrigar al lector. A la par, se intuyen trasfondos que dan fuerza a las risas.
    Quizás, en la línea "Es un cabrón. En serio..." ahí no estoy seguro si se refiere al que tiene delante o a la tercera persona, y tanto un camino como otro en vez de confundir, intriga porque existen ambas posibilidades. Y esto, me encanta.
    En cuanto a las recurrentes risas, hecho en falta algo de descripción o ambientación. Sin embargo, el conjunto es inmejorable.

    Muy bien escrito y deseandico me tienes de leer tu próximo relato o poesía.

    Saludos cordiales :)

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